Lo bonito de esta profesión es que cada sesión es diferente. Nunca puedes predecir qué pasará. Con Ramón me pasó una cosa muy bonita. Conocí a sus papás, una pareja primeriza llena de dudas pero también mucha ilusión y felicidad. Ramón tenía apenas 6 días cuando hice su sesión newborn, y aunque me lo puso difícil, tengo que decir que ha sido una de las sesiones donde más he disfrutado. Os dejo con algunas de mis fotografías favoritas de ese día.